domingo, 20 de agosto de 2017

Jamie XX: In colour


Año de publicación: 2015
Valoración: muy recomendable

Si hay algo que los artistas deben asimilar desde el momento en que deciden dedicarse a esto de la música es que, en lo colectivo, el gusto de la gente acaba siendo impredecible.
Y aunque, obstinado en hallar la fórmula mágica de la música destinada a trascender, opto por no seguir demasiado las opiniones ajenas sobre los discos que ya he podido juzgar por mí mismo (a base de escuchas y escuchas, que, por lo que he experimentado hasta ahora, es como se llega mejor a cualquier conclusión), aunque evite que esas opiniones afecten mi criterio, estoy casi convencido que I see you, tercer disco de The XX, no está siendo un éxito, ni que sea porque la masa de seguidores, sobre todo la parte que veneraba al grupo por su faceta oscura, ahora no sepa a qué enfrentarse con un disco optimista y luminoso. Y más incomprensible aún es que la referencia previa más clara de ese disco fuese este In colour, disco en solitario de Jamie XX, uno de los componentes de la banda, y que este sí consiguiese una enorme resonancia y una entusiasta acogida crítica.
No debe sorprender. Jamie XX había conformado una evolución desde el segundo plano al que se sometía en la primera fase de la carrera del grupo, la de un adolescente lleno de acné y con problemas para bregar con su pelo rizado, que se parapetaba tras un par de sintetizadores, hasta la exultante primera línea a la que se había visto aupado por una omnipresencia posterior: remezclas, sesiones de DJ, todo un disco del difunto John Lee Hooker para reformular él solito, una especie de inconsciente colectivo como si todos descubrieran a la vez que ese chico desplegaba su talento en multitud de direcciones y en todas ellas los resultados eran, como mínimo, brillantemente innovadores. Y es difícil en este mundo tan convulso que es la música hoy en día el ser capaz de mantener un equilibrio entre una voluntad vanguardista y el arriesgado territorio del mainstream.
Pues Jamie XX lo logra: a pesar de que se nota la apuesta (Gosh es presentada no con uno sino con dos vídeos de alto presupuesto), el disco es suficientemente variado y arriesgado para sacar pecho de esquivar lo fácil. Por supuesto los miembros del grupo echan una mano: Romy aporta vocales a la muy cálida Loud Places, y junto a Oliver colaboran en la canción más The XX de todo el disco: Stranger in a room. Pero estas obvias apuestas no han de hacer olvidar todo el resto del material del disco, Sleep Sound juguetea con el dubstep y experimenta con sonoridades exóticas, aunque no tanto como ese experimento ragga que es I know there's gonna be (Good times), una de las sorpresas del disco, una especie de acceso de negritud en medio de tanto sonido blanco, y, por supuesto, quién puede olvidar la absoluta gema del disco, el impresionante crescendo trance de The rest is noise, que no sé, nada me extrañaría, si tiene algo que ver con el excelente libro homónimo de Alex Ross, pero que es no solamente la cumbre del disco, sino siete minutos de absoluto viaje sonoro que justifican por sí solos todo el álbum.
Jamie XX no se dio cuenta del compromiso en que puso a la banda con este brillante disco de debut en solitario. Puede que The XX sean considerados de ahora en adelante en función de sus portentosas ideas y de su efervescencia creativa. No para, y consigue a la vez no saturar, proyectar la idea de que busca constantemente nuevas vías. Un tipo ecléctico, con ese aspecto cada vez más desinhibido del músico que disfruta enormemente con lo que hace, y que no tiene miedo a intentarlo.

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